Soy libre.
Cuando esto empezó a morir me llené de rencor y me conquistó el sentimiento de impotencia por no poder tener una conversación contigo. Por primera vez en meses, supe que me hablabas con la verdad, no en cuanto a las cosas que me decías, que sin duda eran ciertas, sino a la forma en que lo hiciste. Si hace meses te dije que eras débil no fue para señalar un defecto o causa de los problemas que pasábamos. Intenté, equivocadamente, que supieras que yo también era débil como tú o más aun, ¿pero como confesarte algo así, si toda mi vida he aparentado lo contrario, al tiempo que niego y degrado esta condición? ¿Cómo hacerte saber algo tan tímido, mientras intentaba ser fuerte para soportarnos a los dos?... Por meses soñé contigo, y hubo semanas que aparecías en mis sueños cada día. Por meses te imaginé a mi lado, despertando en el mismo cuarto, una mañana incluso desperte girando sobre mi cama pensando que estabas ahi, o caminando juntos en alguna calle hermosa de una ciudad muy lejos de Baja California, pero de la imaginación nada cae a la tierra si no se actúa de la forma adecuada, y yo no lo hice. En realidad, es demasiado tiempo el que he caminado errante, afligido por lo que me rodea, aturdido por las equivocaciones de mi vida. Y es que no soporto ver lo que veo, y sentir que no puedo cambiar las cosas a mi alrededor para hacerlo perfecto, para hacerlo bello como debería ser. La verdad es que mi coraje ha sido muy corto para mi ambición, y peor aun para mi visión. Pero esa condición no es fija, tú lo demostraste ayer con tus palabras certeras. En realidad que necesitaba escuchar algo de ti, para saber que no estoy solo entre toda esta basura, para sentirme comprendido. Orwell tenia razón cuando escribió que no deseamos tanto ser amados como ser comprendidos. Hoy desperté levantando la vista, intentando actuar, con mi capacidad sesgada por años de freno, sobre las cosas del rededor. No tardé un minuto para sentirme vivo de nuevo, y no imaginé que podría cambiar tanto escuchando tan poco. Te agradezco todo lo que paso, todo lo que soportaste, y, en este momento y recordando nuestra última conversación, lo que has hecho por mí. Tus palabras, todas ellas, se quedaran conmigo para siempre, al igual que la idea de tu alma sonriéndole a la mía.
0 Comments:
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home